martes, 26 de mayo de 2009

Ahora



Ahora que tengo un alma que perder
Ahora que no te debo ni me debes
Ahora que me perfumo cada día
Ahora que nos mojamos cuando llueve
Ahora que no te engaño todavía
Ahora que parecemos colegiales
Ahora que sale gratis ser feliz
Ahora que no me culpas de tus males
Ahora que me han devuelto el mes de Abril
Ahora que nos besamos en los parques
Ahora que hacemos tantas tonterías
Ahora que estas a tiempo de olvidarme
Ahora que no te quiero todavía.

Joaquín Sabina

El Cine Español



“El cine es un bien cultural, un medio de expresión artística, un hecho de comunicación social, una industria, un objeto de comercio, enseñanza, estudio e investigación. El Cine, es pues, una parte del patrimonio cultural de España, sus nacionalidades y sus regiones”.
I Congreso Democrático del Cine Español (Llinás, 1987:16) Diciembre de 1978
Ya desde sus orígenes, el cine fue utilizado con fines pedagógicos, para mostrar experiencias a las que no se tenía acceso real y que podían conocerse a través de las imágenes, cuando todavía no existía el todopoderoso medio televisivo. Este carácter documental e informativo continua siendo muy valioso para enriquecer pedagógicamente la enseñanza de cualquier materia. A esto hay que añadir que el cine, el llamado “Séptimo Arte”, supera las posibilidades estéticas de otros medios audiovisuales elaborados con menos recursos, más urgencia y fines más interesados y, además, es un medio de comunicación fuertemente arraigado en nuestros hábitos sociales: goza de un lugar destacado en la vida personal y social porque se considera una prestigiosa fuente de cultura y, lo que también es interesante, de ocio y entretenimiento, aportando así la baza fundamental e imprescindible del aprendizaje motivador, la vieja máxima del prodesse delectare, enseñar deleitando: ¿a quién no le gusta el cine? Su variedad genérica y de enfoques ofrece un vasto almacén de recursos aptos para todos los públicos. El cine es sentido por todos como mágico porque nos permite olvidarnos de nosotros mismos por unas horas y sumergirnos en los mundos reflejados en la pantalla, vivir experiencias ajenas, llegar a cualquier rincón del conocimiento y del mundo sin perder de vista que estamos ante una ficción.
A través de las historias que cuenta el cine se amplían de forma placentera las vivencias y el conocimiento de la sociedad en que vivimos, contemplándose en su desarrollo histórico, social y humano. El cine, por su carácter de representación de la realidad, produce además una implicación fuerte en los espectadores, con reacciones que se pueden encauzar hacia la consecución de otros objetivos comunicativos de intercambio de opiniones y sensaciones. Los objetivos que nos proponemos en clase pueden verse reforzados si tienen un ejemplo vivo en imágenes, que tendrán diversos efectos: consolidar los conocimientos, incorporar otros nuevos, provocar la investigación posterior... Hay que aprovecharse del placer que proporciona, y a partir de ahí buscarle la utilidad, llevar la magia al aula y, además, a partir de la proyección de fragmentos, espolear la curiosidad e interés del alum-no para que vea la película completa, si está preparado.
Pedagógicamente, pues, el cine permite acortar el distanciamiento entre los contenidos programáticos y la experiencia del alumno y dar un tratamiento contextualizado a los contenidos de la enseñanza; exige usar conocimientos interdisciplinarios; facilita la diversidad cultural; aporta el componente lúdico que muchas veces se le ha negado a la escuela; y, en la medida en que se produce una identificación sujeto-objeto, potencia el aprendizaje significativo. En el campo E/LE favorece el enfoque comunicativo, que es integrador, porque da tanta importancia a elementos socioculturales como a los formales, es decir al uso de la lengua y a la forma de ver el mundo a través de esa lengua.


De “El cine español en la clase de E/LE: una propuesta didáctica”
Carmen Rojas Gordillo